«Saldremos de esta más fuertes», asegura el FMI pese a sus previsiones para 2023

Las reuniones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial de enero tras de sí una visión bastante pesimista de lo que le espera a la economía global, pero el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, lanzó un mensaje para la esperanza: “Saldremos más fuertes”.

Así lo confirma una entrevista concedida a EFE durante estos encuentros que se han celebrado esta semana en Washington y que dibujan un panorama económico muy complicado.

En su perspectiva económica global, presentada el martes, el FMI calcula una desaceleración mayor a la esperada en la economía global en 2023 y advierte que al menos un tercio de las economías eventualmente caerán en recesión.

Y aunque fue el propio Gourinchas quien pronunció la frase «lo peor está por venir» al presentar el informe, en su entrevista con EFE aseguró que también había motivos para el optimismo, y además de salir «más fuertes» de esta crisis estará «mejor encarrilada» para abordar desafíos como el cambio climático.

Señaló que el análisis del FMI también aporta «buenos datos», como la fortaleza de los mercados laborales de las principales economías, en las que no sólo el desempleo es bajo, sino que ocurre todo lo contrario y faltan trabajadores para cubrir los puestos.

Y hay otro dato que arroja algo de luz, según el director del FMI: que a pesar del endurecimiento de las políticas monetarias en los países avanzados, muchas economías emergentes no están en crisis y siguen creciendo y accediendo a mercados.

Esto de ninguna manera significa que estas economías puedan sufrir más tarde cuando aumenten las vulnerabilidades, advirtió..

Europa y la ansiedad energética

Durante estas conferencias, quedó claro que Europa es una de las regiones más complicadas por los efectos de la guerra en Ucrania y muchos hogares ya están bajo «fuerte presión» para hacer frente a los costes energéticos.

«Grandes cantidades de ansiedad» para los hogares y «enormes» facturas que los países también están pagando por el suministro de energía, dijo.

Aunque el «impulso inicial» es «proteger» a los ciudadanos y ayudarlos en esta situación, Gourinchas dijo que las políticas deben apuntar a reducir la demanda de petróleo y gas y así terminar con la dependencia de mercados como Rusia. Y no salir de esta transición necesaria después de esta crisis.

Por tanto, si es necesario reducir la demanda, el tope del precio de la energía «no logra» este objetivo, advirtió Gourinchas, en línea con las palabras de la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, quien, en otra entrevista con EFE, se mostró contraria a estos techos que defienden muchos países europeos. «No lo hagas», dijo Georgieva.

Piensa en el próximo invierno

Y es que para el director de investigación del Fondo, no solo hay que pensar en este invierno sino también en el próximo.

“Entonces no pensemos qué hacer en los próximos dos o tres meses. Pensemos en lo que podríamos necesitar a mediano o largo plazo, porque entonces los costos fiscales son potencialmente diferentes”, dijo.

En cuanto a las medidas a tomar en este momento, Pierre-Olivier Gourinchas insistió en otra exigencia a los gobiernos que el Fondo ha repetido como un mantra durante toda la semana: que la asistencia fiscal esté bien definida y que sea temporal.

Gravar las ganancias inesperadas no es la solución

De ninguna manera cree que la solución esté en los impuestos a las ganancias que cayeron del cielo, es decir, a las mayores ganancias a corto plazo que disfrutan las empresas energéticas, por ejemplo, en un momento como este.

Países como Colombia están preparando tales impuestos, abanderados esta semana en Washington por organizaciones como la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Comercial Internacional, codirigida por el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz.

Pero para Gourinchas, es una propuesta «delicada» que necesita ser pensada detenidamente. Recordó, por ejemplo, que no solo las fuentes de energía fósil son ahora más rentables, sino también muchas energías renovables que tienen costos más bajos y aprovechan la mayor demanda.

«¿Queremos desincentivar este tipo de productos?», preguntó Gourinchas, quien consideró por el contrario que los marcos tributarios deben ser «predecibles» y permitir que el contribuyente -ciudadano o empresa- sepa con anticipación lo que está pagando.