La expulsión de las Hermanas de la Caridad de Nicaragua no tiene otra explicación que la malicia de quienes están detrás. Dejar niños, niñas abandonadas y maltratadas, y ancianos sin cuidados es no tener un mínimo de bondad en el alma.

¿Qué desayunaron las Hermanas de la Caridad? ¿Qué daño han hecho? De eso se trata: hicieron el bien y por eso los persiguen. Herir o entorpecer a los que hacen el bien parece no tener otra lógica que la del mal.

Cuando una sociedad está tan dañada como la nuestra y la de otros hermanos latinoamericanos, lo bueno se esconde y no se ve. Pero es precisamente a través de obras como la de Madre Teresa de Calcuta que se hace visible para muchos el bien del que somos capaces los hombres cuando ahondamos en el dolor humano.

¿Por qué alguien querría impedir que otros hagan el bien? Si la respuesta que di es mala, ¿qué mal es? Creo que la rabia dentro de los responsables de esta salida de las Misioneras de la Caridad de Nicaragua permite entender esta acción. Rabia, envidia, odio, deseos íntimos de ayudarlos, son motivos que explican esta decisión. Esta última razón puede parecer extraña, pero creo que alguien que odia a alguien que hace el bien es alguien que quiere que le hagan el bien; es el que aspira a ello, el que carece de él por no saberlo. Esta motivación puede ser inconsciente, pero existe. Tal vez han estado tan heridos que no saben qué hacer mal. Es una lógica canalla, como dirían algunos que intentan reformarlos. Esta es la lógica del mal.

Aquellos que no han sido tratados con bondad no pueden darla, ofrecerla, porque no la conocen. Por eso digo que hay mucha maldad e ira detrás de esta decisión, ya que se trata de impedir que otros hagan el bien que es palpable y visible.

Recuerdo que hace años un niño fue invitado con un grupo de su colegio a visitar a las Misioneras de la Caridad aquí en La Guaira y cuando llegó pasó varios días en estado de shock, porque no conocía la miseria que veía. Dijo que no sabía que podía haber gente que sufriera tanto. ¿Cómo impide un gobierno que las hermanas que viven con el dolor que muchas de nosotras no nos atrevemos a seguir actuando?

Mi respuesta es la rabia escondida en el corazón de estas personas y el deseo inconsciente de experimentar el bien que hacen por los demás y no por ellos mismos.

El periodismo independiente necesita el apoyo de sus lectores para seguir adelante y asegurarse de que las noticias incómodas que no quieren que lea permanezcan a su alcance. ¡Hoy, con su apoyo, seguiremos trabajando duro por el periodismo sin censura!
Hildelita Carrera Cedillo
Hildelita Carrera Cedillo